
Correr entre viñedos: una experiencia única en Rioja Alavesa
Ya están abiertas las inscripciones para la edición 2025 de la Rioja Alavesa Wine Run, que este año se celebrará el domingo 26 de octubre con una importante novedad: por primera vez, la localidad de Oyón-Oion será el punto de salida y llegada de esta experiencia que une deporte, paisaje y vino en el corazón de la comarca.
Cada año, centenares de corredores y corredoras llegan a Rioja Alavesa no solo para disputar una prueba deportiva, sino para vivir una experiencia que combina naturaleza, cultura y enogastronomía en un entorno inigualable. La Wine Run se ha consolidado como una cita única en el calendario por ofrecer algo que va mucho más allá del cronómetro: la oportunidad de correr entre viñedos centenarios, rodeados de historia y bodegas.
Lo que hace especial esta carrera no es solo su trazado —que discurre entre caminos rurales, bancales de viña y vistas panorámicas—, sino el ambiente que se respira en cada kilómetro. A lo largo del recorrido, los participantes atraviesan algunas de las localidades más emblemáticas de la comarca, mientras disfrutan de un paisaje otoñal que tiñe de ocres y dorados los viñedos una vez finalizada la vendimia.
La prueba ofrece dos distancias de carrera —10 y 20 kilómetros—, pensadas tanto para quienes buscan un reto exigente como para quienes prefieren una distancia más accesible. Además, se celebra una marcha popular de 10 kilómetros, apta para todos los públicos, que permite disfrutar del recorrido a pie con paradas para degustar tres vinos de bodegas de la zona. Esta combinación de deporte, paisaje y vino es uno de los elementos que hacen de la Wine Run una experiencia realmente singular.
A la experiencia deportiva se suma la propuesta cultural y gastronómica, con degustaciones, feria del vino y visitas a bodegas. Así, quienes se acercan a correr encuentran también una oportunidad única para descubrir Rioja Alavesa con todos los sentidos. Participar en la Wine Run es, en definitiva, correr de otra manera: con los pies en la tierra, el paisaje como estímulo y el vino como hilo conductor de una experiencia que deja huella.